La nueva era.
Nuestra manteca de karité de alta calidad biológica la adquirimos en Burkina Faso: para ello cooperamos con Agrifaso, en Bobo-Dioulasso, una empresa que, actualmente, está a punto de pasar a manos de gestores locales. Hermann Schopferer, el fundador de Agrifaso, nos relata cómo se ha conseguido y cómo, a partir de nuestro experimento conjunto, que comenzó hace 20 años, se ha convertido en un gran éxito.
Cuando colaboramos con socios de todo el mundo, es un proceso, por así decirlo, con vida propia. Una conversación que iniciamos, dejamos crecer, que evoluciona continuamente. Cuando comenzamos en 2001 con la manteca de karité de Agrifaso, en Burkina Faso, no se trataba solo de un experimento. Hermann Schopferer, el fundador de Agrifaso, recuerda: “Los laboratorios WALA nos hicieron un primer pedido para Dr. Hauschka, medio contenedor. Así que enviamos a Europa unas diez toneladas de manteca de karité bío. Tan solo un año después, ya vendimos un contenedor entero a WALA y otro contenedor a un cliente que había oído hablar de la excelente calidad de nuestro producto. Actualmente, enviamos alrededor de 100 contenedores al año a clientes en todo el mundo, unas 1.000 toneladas de manteca de karité.”
Un éxito “in situ” que también resulta evidente: “Al principio, trabajábamos con mujeres de un solo pueblo”, explica Schopferer. “Ahora, contamos con 150 empleados en nuestra planta de procesamiento en Bobo-Dioulasso, y trabajamos con 3.500 mujeres de la región que se encargan de cosechar las nueces de karité. Al haber toda una familia tras cada mujer, son muchas las personas que se benefician de esta idea.”
Estamos orgullosos de haber contribuido a impulsar tal desarrollo. Y, por supuesto, dado nuestro interés por las relaciones sostenibles, mantendremos la colaboración. Actualmente, Agrifaso se encuentra ante un cambio generacional, un momento muy interesante que seguimos con mucha atención. “Ya tengo 68 años”, confiesa Schopferer, “y voy a ceder la mayoría de mis acciones de la empresa a Serge Poda, quien ya lleva la dirección en el día a día, mientras que su hermana, Aida Koanda, asume toda la exportación. Cuando eso ocurra, Agrifaso no será, únicamente, una empresa burkinesa, sino que también pasará a estar bajo gestión local. Para una empresa exportadora en Burkina Faso, esto es una rareza, pero para nosotros es, simplemente, una consecuencia lógica. Ambos hacen un trabajo excelente. Desgraciadamente, he observado que muchos clientes muestran poca confianza hacia los gerentes locales. Eso tiene que cambiar imperativamente.”
Para las mujeres recolectoras, las cosas también han cambiado un poco. Sus hijos han podido ir a la escuela, han estudiado y ahora tienen sus buenos trabajos. Los ingresos de las madres lo han hecho posible, nuestra cooperación ha funcionado como un motor para el desarrollo. Y la demanda de manteca de karité es cada vez mayor. Así, no podemos evitar ir un paso más allá con Hermann Schopferer y preguntarnos: ¿No sería interesante inventar un producto que también sirviera al mercado local? Estamos trabajando en ello mano a mano.
La manteca de karité para la cosmética Dr. Hauschka procede de Burkina Faso. Allí, hace ya siglos que las mujeres recogen las nueces del árbol del karité y las transforman en manteca de karité. Para las fórmulas de los tratamientos Dr. Hauschka los laboratorios WALA adquieren manteca de karité de alta calidad biológica. Y para ello trabaja junto a la empresa fundada por Hermann Schopferer, Agrifaso.
Como socio comercial local con sede en Bobo-Dioulasso, en el suroeste de Burkina Faso, Agrifaso coopera con las recolectoras de karité locales. Desde 2019, la materia prima en torno a la que gira esta asociación no solo cuenta con certificación biológica, sino también con el sello UEBT. Este estándar, además de directrices para el cultivo biológico y la transformación, también incluye criterios sociales que deben cumplirse. Así se garantiza a los empleados la obtención de salarios justos, asistencia sanitaria y un seguro de pensiones. Agrifaso también está comprometida con los derechos de los niños.
Autor: Kirsten Küppers
Fotógrafo: Serge Poda